La reparación de daños como imperfecciones, irregularidades o abolladuras es el pan de cada día en un taller de chapa y pintura. Para su reparación, el producto que se emplea es la masilla. En función de la superficie que hay que arreglar se usarán unas masillas de relleno u otras.
¿Qué masillas de relleno existen?
Las masillas de relleno que no pueden faltar en tu taller de chapa y pintura son las siguientes:
- Masilla de poliéster. Debido a su resistencia, dureza y gran adherencia al acero es una de las masillas de relleno que más se emplea en los talleres de chapa y pintura. Para arreglar las zonas menos accesibles con la espátula o grandes superficies existen masillas de poliéster que se administran con pistola de boquilla grande.
- Masilla metálica. Para lograr una gran adherencia en superficies de metal como acero, zinc o aluminio, se emplean estas masillas de relleno. Es una clase de masilla de poliéster a la que se le agregan partículas de aluminio.
- Masilla de fibra de vidrio. Esta masilla de poliéster proporciona una gran adherencia en superficies de fibra de vidrio, plásticos, chapa, entre otras. Gracias a las trazas de fibra de vidrio que contiene, es un producto muy compacto y con una gran dureza.
- Masillas para plásticos. Se tratan de masillas de poliéster más ligeras, flexibles y menos porosas. Existen dos clases de masillas: las de aplicación en plásticos estándar y las tapaporos.
- Masillas ligeras. La baja densidad de estas masillas de poliéster es su principal característica. Además, son más fáciles de lijar y de aplicar y se adhieren excelentemente a todo tipo de superficies: aluminio galvanizado plásticos, aluminio, etc.
¿Qué consideraciones debo tener en cuenta para aplicar las masillas de relleno?
En el proceso de aplicar las masillas de relleno, debes tener en cuenta las siguientes consideraciones:
- Mezcla la masilla con el catalizador. De esta forma, ganará en adherencia y dureza. Los fabricantes te indican la proporción de masilla-catalizador. Lo más normal es que sea de un 2-3% de catalizador.
- Comprueba que el contenido del bote se encuentra bien mezclado antes de utilizar la masilla. Esto hay que hacerlo porque en algunas ocasiones la resina se acumula en la superficie de la masilla. Si se da esta situación, puede que la mezcla con el catalizador no sea la idónea.
- Evita que los útiles de trabajo tengan restos de masilla o catalizador empleados en otros trabajos. Estos restos pueden hacer que se produzca una reacción química que deteriore la composición de la masilla.
- En cuanto a la aplicación de la masilla, esta se debe hacer con una espátula. Para las zonas de difícil acceso, debes emplear una pistola. Debido a su rápido endurecimiento, solo dispones entre 5 o 10 minutos. Así que es mejor que la apliques en pequeñas dosis. En caso de necesitarlo, puedes aplicar una segunda capa.
- Una vez lijes la masilla, su grosor no tiene que exceder de las 500 micras.
En las próximas semanas te iremos contando las peculiaridades de cada tipo de masilla. Si quieres saber más sobre el lijado de masilla, este artículo te ayudará.